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viernes, 23 de mayo de 2014

El error de Descartes

En 1994, el neurólogo Antonio Damasio, publica su libro "El error de Descartes" donde trata el problema mente-cerebro. Según el autor, el error que cometió Descartes fue el de separar la mente del cerebro y del cuerpo. La actividad mental, el pensamiento, es algo muy distinto de la actividad corporal y Descartes concede prioridad al pensamiento pues a partir de él es como deduce el ser: "Pienso, luego existo".

Antonio Damasio, uno de los más importantes neurólogos de nuestro siglo, se opone a esa separación cartesiana entre mente-cerebro y a la prioridad de lo mental sobre lo corporal o cerebral ya que en cierto modo la mente es resultado del desarrollo de una consciencia elemental que hizo su aparición en algún momento de la evolución. Así, para él, lo primero fue el ser y luego el pensar:

"Pero mucho antes del alba de la humanidad, los seres eran seres. En algún punto de la evolución, comenzó una consciencia elemental. Con esta consciencia elemental vino una mente simple; con una mayor complejidad de la mente apareció la posibilidad de pensar y, aún más tarde, de utilizar el lenguaje para comunicar y organizar el pensamiento. Así, pues, para nosotros en el principio fue el ser, y sólo más tarde fue el pensar (...)" . Antonio Damasio "El error de Descartes".

Se pregunta Antonio Damasio en su libro que por qué no hablar, por ejemplo, también del error de Platón y no sólo de Descartes ya que Platón también tenía una concepción dualista del ser humano. Ante esa cuestión responde que solo se mete con Descartes porque hay aspectos de la mente, el cerebro y el cuerpo, con respecto a los cuales el error de Descartes sigue teniendo influencia, lo que nos indica la actualidad de nuestro filósofo.

Las influencias de las que habla Damasio son negativas:

1.- "La idea de una mente separada del cuerpo bien pudo haber sido el origen, a mediados del siglo XX, de la metáfora de la mente como un programa informático" y esto supondría que se puede intentar comprenderla sin apelar a la neurobiología. La medicina se centró en el estudio del cerebro y "su producto más precioso, la mente, tenía poco interés para la medicina corriente y, de hecho, no ha sido el objetivo principal de la especialidad que surgió de las enfermedades cerebrales: la neurología. (...) El resultado de esta tradición ha sido un abandono notable de la mente en tanto que función del organismo"· Antonio Damasio echa la culpa a la separación cartesiana entre "res cogitans" y "res extensa" de este olvido de la mente como objeto de estudio de la medicina:

"Durante los tres últimos siglos, la finalidad de los estudios biológicos y de la medicina ha sido la comprensión de la fisiología y la patología del cuerpo propiamente dicho. La mente quedaba fuera, abandonada en gran parte como objeto de la preocupación de la religión y la filosofía e, incluso después de haberse convertido en el foco de una disciplina específica, la psicología no empezó a obtener entrada en la biología y la medicina hasta hace muy poco".

Todo esto ha sido la causa, según él, de que la mente no se haya intentado comprender en términos biológicos y de que se haya tenido una visión distorsionada del organismo humano que ha influido en el tratamiento sobre las enfermedades humanas. Antonio Damasio deja caer que, quizás, el creciente éxito de formas "alternativas" de medicina sea una consecuencia de un alejamiento progresivo de ese abismo entre cuerpo y mente.

2.- Explicar la mente únicamente en función de acontecimientos cerebrales también sería para Damasio un error ya que él cree que hay que tener en cuenta al resto del organismo y al ambiente físico y social que lo rodea.

3.- La idea de una mente separada del cuerpo parece asimismo ser la causa de pasar por alto, no solo, las consecuencias psicológicas de las enfermedades corporales sino también al revés: la influencia psicológica sobre el cuerpo. En este último sentido nos recuerda el autor la influencia del efecto placebo y lo que decían nuestras abuelas sobre el efecto perjudicial de las penas, la preocupación obsesiva y la ira excesiva en nuestro organismo pues afectan a nuestro corazón y producen úlceras.

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