Era una tarde triste de agosto con el cielo nublado. De vez en cuando lloviznaba. Puse la radio donde emitían un programa sobre el
diario perdido del emperador y filósofo Marco Aurelio y escuché:
"...Años con una persona y en un instante sabes que no vas a volver a
verla, nunca, ya no existe; eso provoca desesperación. Me detuve a
pensar en las cosas que hacíamos juntos y vi lo terrible de la muerte al
privarme de ellas para siempre".
Vindobona: Las memorias perdidas de Marco Aurelio (5ª entrega)