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martes, 27 de mayo de 2014

De paso

Esta canción me encantó la primera vez que la escuché en la voz de su creador, Luis Eduardo Aute; pero cuando se la escucho a León Gieco me gusta todavía más.

                         De paso, canción de Aute interpretada por León Gieco


De paso
(Luis Eduardo Aute)
Decir espera es un crimen,
decir mañana es igual que matar,
ayer de nada nos sirve,
las cicatrices no ayudan a andar.

Sólo morir permanece
como la más inmutable razón,
vivir es un accidente,
un ejercicio de gozo y dolor.

Que no, que no, que el pensamiento
no puede tomar asiento,
que el pensamiento es estar
siempre de paso, de paso, de paso...

Quien pone reglas al juego
se engaña si dice que es jugador,
lo que le mueve es el miedo
de que se sepa que nunca jugó.

La ciencia es una estrategia,
es una forma de atar la verdad
que es algo más que materia,
pues el misterio se oculta detrás.

Hay demasiados profetas,
profesionales de la libertad,
que hacen del aire, bandera,
pretexto inútil para respirar.

En una noche infinita
que va meciendo a este gran ataúd
donde olvidamos que el día
sólo es un punto, un punto de luz.

sábado, 24 de mayo de 2014

¿Ocaso de los ídolos?


                                                             Georges Winston

Parece imposible imaginar a la sociedad humana sin algo que idolatrar; de hecho, ya desde sus albores, observamos como la sociedad en cada momento de la historia ha buscado algo que adorar. Esta sería una más de sus idiosincrasias, como diría Nietzsche. Fue este filósofo quien en 1888 vaticinó el crepúsculo de los ídolos en todos los ámbitos fundamentales de la cultura llegando incluso a llamar "señores idólatras de los conceptos" a los filósofos.

Nuestra época no iba a ser menos. También ella ha encontrado sus propios fetiches en el consumo, en el dinero, en la moda, en el deporte, en la música...; incluso ha encontrado su propio dios: el Dios "mercado". Los "mercados" parece que controlan nuestras economías, nuestras vidas, nuestra existencia.

Hace algunos años, Gilles Lipovetsky publicaba "La era del vacío". En esa obra nos habla del culto al cuerpo y todo lo que dice sobre ese nuevo ídolo nos recuerda la primera idiosincrasia de Nietzsche: la negación del devenir.

"El cuerpo ha sido promovido hoy al rango de verdadero objeto de culto. (...) la angustia de la edad y de las arrugas; obsesión por la salud, por la "línea"; por la higiene; rituales de control (chequeo) y de mantenimiento (masajes, sauna, deportes, regímenes); cultos solares y terapéuticos (superconsumo de los cuidados médicos y de productos farmacéuticos), etc. (...).
El cuerpo mismo ha perdido su estatuto de alteridad, de res extensa, de materialidad muda, en beneficio de su identificación con el ser-sujeto, con la persona. El cuerpo ya no designa una abyección o una máquina, designa nuestra identidad profunda de la que ya no cabe avergonzarse y que puede exhibirse desnudo en las playas o en los espectáculos, en su verdad natural. En tanto que persona, el cuerpo gana dignidad; debemos respetarlo, es decir, vigilar constantemente su buen funcionamiento, luchar contra su obsoloscencia, combatir los signos de su degradación por medio de un reciclaje permanente quirúrgico, deportivo, dietético (...). El miedo moderno a envejecer y a morir es constitutivo del neo-narcisismo... No queda más remedio que durar y mantenerse, aumentar la fiabilidad del cuerpo, ganar tiempo y ganar contra el tiempo. La personalización del cuerpo reclama el imperativo de la juventud, la lucha contra la adversidad temporal, el combate por una identidad que hay que conservar sin interrupción ni averías. Permanecer joven, no envejecer...".
Gilles Lipovetsky  La era del vacío  Editorial Anagrama Pp. 60-62

viernes, 23 de mayo de 2014

El error de Descartes

En 1994, el neurólogo Antonio Damasio, publica su libro "El error de Descartes" donde trata el problema mente-cerebro. Según el autor, el error que cometió Descartes fue el de separar la mente del cerebro y del cuerpo. La actividad mental, el pensamiento, es algo muy distinto de la actividad corporal y Descartes concede prioridad al pensamiento pues a partir de él es como deduce el ser: "Pienso, luego existo".

Antonio Damasio, uno de los más importantes neurólogos de nuestro siglo, se opone a esa separación cartesiana entre mente-cerebro y a la prioridad de lo mental sobre lo corporal o cerebral ya que en cierto modo la mente es resultado del desarrollo de una consciencia elemental que hizo su aparición en algún momento de la evolución. Así, para él, lo primero fue el ser y luego el pensar:

"Pero mucho antes del alba de la humanidad, los seres eran seres. En algún punto de la evolución, comenzó una consciencia elemental. Con esta consciencia elemental vino una mente simple; con una mayor complejidad de la mente apareció la posibilidad de pensar y, aún más tarde, de utilizar el lenguaje para comunicar y organizar el pensamiento. Así, pues, para nosotros en el principio fue el ser, y sólo más tarde fue el pensar (...)" . Antonio Damasio "El error de Descartes".

Se pregunta Antonio Damasio en su libro que por qué no hablar, por ejemplo, también del error de Platón y no sólo de Descartes ya que Platón también tenía una concepción dualista del ser humano. Ante esa cuestión responde que solo se mete con Descartes porque hay aspectos de la mente, el cerebro y el cuerpo, con respecto a los cuales el error de Descartes sigue teniendo influencia, lo que nos indica la actualidad de nuestro filósofo.

Las influencias de las que habla Damasio son negativas:

1.- "La idea de una mente separada del cuerpo bien pudo haber sido el origen, a mediados del siglo XX, de la metáfora de la mente como un programa informático" y esto supondría que se puede intentar comprenderla sin apelar a la neurobiología. La medicina se centró en el estudio del cerebro y "su producto más precioso, la mente, tenía poco interés para la medicina corriente y, de hecho, no ha sido el objetivo principal de la especialidad que surgió de las enfermedades cerebrales: la neurología. (...) El resultado de esta tradición ha sido un abandono notable de la mente en tanto que función del organismo"· Antonio Damasio echa la culpa a la separación cartesiana entre "res cogitans" y "res extensa" de este olvido de la mente como objeto de estudio de la medicina:

"Durante los tres últimos siglos, la finalidad de los estudios biológicos y de la medicina ha sido la comprensión de la fisiología y la patología del cuerpo propiamente dicho. La mente quedaba fuera, abandonada en gran parte como objeto de la preocupación de la religión y la filosofía e, incluso después de haberse convertido en el foco de una disciplina específica, la psicología no empezó a obtener entrada en la biología y la medicina hasta hace muy poco".

Todo esto ha sido la causa, según él, de que la mente no se haya intentado comprender en términos biológicos y de que se haya tenido una visión distorsionada del organismo humano que ha influido en el tratamiento sobre las enfermedades humanas. Antonio Damasio deja caer que, quizás, el creciente éxito de formas "alternativas" de medicina sea una consecuencia de un alejamiento progresivo de ese abismo entre cuerpo y mente.

2.- Explicar la mente únicamente en función de acontecimientos cerebrales también sería para Damasio un error ya que él cree que hay que tener en cuenta al resto del organismo y al ambiente físico y social que lo rodea.

3.- La idea de una mente separada del cuerpo parece asimismo ser la causa de pasar por alto, no solo, las consecuencias psicológicas de las enfermedades corporales sino también al revés: la influencia psicológica sobre el cuerpo. En este último sentido nos recuerda el autor la influencia del efecto placebo y lo que decían nuestras abuelas sobre el efecto perjudicial de las penas, la preocupación obsesiva y la ira excesiva en nuestro organismo pues afectan a nuestro corazón y producen úlceras.

miércoles, 21 de mayo de 2014

José Saramago y Platón

Con vistas a la valoración de la actualidad de Platón os dejo este enlace acerca de una crónica del diario "El País" a raíz de la publicación de la novela "La caverna" del Premio Nobel de Literatura.

Saramago explica que la caverna de hoy son los escaparates de centros comerciales


Hace ya muchos que leí esta novela y tras su lectura hice una pequeña recensión para evitar el olvido; aquí os pongo parte de lo que escribí, que es la que os puede ser útil para la elaboración de la actualidad, aunque, por supuesto, lo mejor y deseable sería que la leyerais.


La historia que nos cuenta gira en torno al mito platónico. Cipriano Algor, el protagonista, se ha quedado sin trabajo ya que su profesión de alfarero ya no tiene sentido en un mundo en el que los nuevos materiales sintéticos o artificiales como el plástico van aniquilando a los materiales naturales. Aquí podríamos establecer un paralelismo entre el plástico y la arcilla y el Centro y el mundo real, ya que el Centro, esa especie de microcosmos, va relegando a un ínfimo plano al auténtico mundo. Aquí está el sentido del mito platónico. Al tener que dejar su trabajo, pues ni siquiera tiene éxito su intento de fabricar figurillas de barro pues nadie las quiere comprar, Cipriano Algor tiene que irse a vivir al Centro -un enorme centro comercial que es como una ciudad dentro de la ciudad- con su hijo y su nuera, pero allí descubren lo que ya él mismo anticipó en un sueño: bajo las excavaciones que se están realizando en el subsuelo del Centro han aparecido unos prisioneros sentados en un banco y atados de pies y manos mirando una pared, este descubrimiento hará que Cipriano Algor abandone el Centro y se vaya a vivir con su amada Isaura Madruga; ese mismo descubrimiento hará despertar a su yerno Marcial de la ilusión en la que estaba viviendo revelándole su inminente destino si no se marcha pronto y haciéndole descubrir que el auténtico mundo está fuera de esa caverna platónica, irreal, que es el Centro.