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miércoles, 26 de febrero de 2014

Un genio bueno

Poco a poco, se  van yendo todos: primero fue Hilario Camacho aquel agosto angustioso; luego, Enrique Morente  y Georges Moustaki. Hace poco, Lou Reed y hoy, Paco de Lucía. Con todos ellos aprendí a gozar de la belleza de la música en diferentes etapas de mi vida. Aprovechando que se nos ha ido hoy un genio bueno, Paco de Lucía, quiero rendir mi humilde homenaje en forma de recuerdo a todos estos genios que tanto han significado para mí y que hoy ya no están: Hilario Camacho, Enrique Morente, Georges Moustaki, Lou Reed y Paco de Lucía. Termino esta entrada con estas palabras  que expresan de la forma más sincera y amarga la finitud del ser y que  Paco de Lucía canta -algo insólito- en su disco "Luzía" dedicadas a otro genio, Camarón:
 "Con lo mucho que yo lo quería;
   con lo mucho que yo lo quería,
   se fue de mi vera, se fue para siempre,
   pa toíta, pa toíta la vida".
Muere a los 66 años el genio de la guitarra Paco de Lucía

martes, 11 de febrero de 2014

Le mauvais génie

"Je supposerai donc qu'il y a, non point un vrai Dieu, qui est la souveraine source de verité, mais un certain mauvais génie, non moins rusé et trompeur qui puissant, qui a employé toute son industrie à me tromper. Je penserai que le ciel, l'air, la terre, les couleurs, les figures, les sons et toutes les choses extérieures que nous voyons, ne sont que des illusions et tromperies, dont il se sert pour surprendre ma crédulité". Première Meditation.

"Méditations Métaphysiques" (1641)
René Descartes


                                                 Cuadro de Antonia García Villacañas             

Hace unos días me compré dos libros de Descartes escritos en francés cuya lectura espero que me sirva para mi curso de ese idioma. "Discours de la méthode" et "Méditations métaphysiques".

Hojeando este último encontré la expresión "mauvais génie" y me llamó la atención porque yo siempre había creído que Descartes utilizaba la expresión "malin génie", que por otra parte, significa igual. Así, a bote pronto, -una tontería- pensé si no andará por casualidad suelto ese genio maligno de Descartes en la época actual donde, parece, la verdad anda en sus horas más bajas, casi en un descrédito total; en una época donde algunos mienten sin ningún tipo de rubor o simplemente dicen no recordar.

miércoles, 29 de enero de 2014

El pensador

Entre los años 1946 y 1947, José Antonio Muñoz Rojas -Antequera, 1909-2009- escribió un precioso libro titulado "Las cosas del campo". He disfrutado mucho últimamente con la lectura del mismo, entre otras cosas porque me trae muchos recuerdos de cosas que me contaban mis padres y mis abuelos y también porque hay sucesos narrados en el libro que yo mismo he vivido. Lo recomendaría para todos aquellos que quieran saber más de nuestro pasado y de nuestra tierra, así como de nuestro léxico ya en desuso. Una de las cosas que más ha llamado mi atención, porque la desconocía, era el oficio de pensador:

"El pensador se ha muerto.
   Dicen que se sintió malillo de pronto y como creía que era nada se fue sin despedirse. Luego no tuvo tiempo. Le vino tan corto que a poco de llegar a su casa se encontró con la muerte que parecía haberlo citado allí.
   Esta noche en la cuadra se notaba su ausencia. Los mulos que lo conocían bien, hallaban no sé qué extraño en la nueva y no acostumbrada mano que les servía el pienso. Había más impaciencia en el relincho que corría por los pesebres, un natural presentimiento de que algo le faltaba al día para acabar como todos (...)".

Las cosas del campo
José Antonio Muñoz Rojas

Si leéis el libro os puede ser muy útil el siguiente enlace para comprender muchos de los términos que en él aparecen:

El mundo rural a través del léxico de José Antonio Muñoz Rojas

martes, 10 de diciembre de 2013

Frente a la "Indefensión aprendida"

Una de las expresiones que más ha llamado últimamente mi atención es la de "indefensión aprendida" utilizada por el psicólogo Martin Seligman para denominar aquellas situaciones en las que un animal o una persona considera que ya no puede hacer nada por remediar una situación perjudicial para ella ya que lo ha intentado muchas veces y sin resultado alguno. Como consecuencia de esa convicción de que no puede hacer nada por cambiar la situación perjudicial acaba perdiendo todo tipo de motivación para continuar intentándolo: ha "aprendido" a no defenderse,podríamos decir o, lo que es lo mismo, "ha tirado la toalla".

Uno de los principales peligros de dicha "indefensión aprendida" sería que puede predisponer a algunas personas a no saber o no querer actuar ante la adversidad, a renunciar, y frente a ese peligro nos dice el libro de psicología donde encontré esa expresión que parece claro que si queremos educar a los hombres para realizar el máximo esfuerzo para mejorar su situación en la vida debemos infundirles muy pronto en su vida la creencia de que tienen poder para hacerlo. Y eso implica, nos sigue diciendo, una gran sensibilidad por parte de los padres y también, como no, de los educadores.

sábado, 9 de noviembre de 2013

El problema de la existencia de Dios en Tomás de Aquino


                                              Tomás de Aquino (1224-1274)
                                               (Imagen de Wikipedia)


En su obra “Suma contra gentiles”, Tomás de Aquino, nos dice que hay dos clases de verdades divinas, una de ellas sería revelada e inaccesible para la razón humana, se trata de lo que se ha denominado artículos de fe, como, por ejemplo, la eternidad de Dios o la creación del mundo; la otra verdad sí sería accesible para la razón. A esta última clase de verdad que, aunque revelada, es comprensible también para la razón, se le llama preámbulo de la fe. Será, pues, en los preámbulos de la fe donde tenga lugar la relación entre fe y razón, ya que son verdades reveladas por Dios y al mismo tiempo accesibles para la razón. El conocimiento de la existencia de Dios, mediante la fe y mediante la razón, sería un ejemplo de un preámbulo de la fe.

En esta misma obra nos dice Tomás de Aquino que Dios ha revelado o inspirado sobrenaturalmente a los hombres el conocimiento de su existencia porque no todos pueden llegar mediante la razón al conocimiento de la misma. En este sentido, señala tres inconvenientes para alcanzar racionalmente el conocimiento de la existencia de Dios:
1.      Si sólo se pudiera conocer a Dios mediante la razón muy pocos hombres lo conocerían y ello, entre otras causas, debido a que no todos estarían capacitados igualmente para usar su razón, de ahí que los menos inteligentes no llegaran a conocerlo nunca.
2.      Por otro lado, la vía racional para llegar al conocimiento de Dios sería algo demasiado difícil que exige un enorme esfuerzo por parte de la razón.
3.      Por último, la debilidad del entendimiento de los hombres hace muy difícil distinguir la verdad de la falsedad. Por eso muchos hombres no se fiarían de las demostraciones de los sabios, dudarían de ellas a pesar de haber sido demostradas, ya que a veces los sabios enseñan verdades contradictorias.

Debido a estos tres inconvenientes, Dios ha hecho que los hombres acepten por la fe verdades que la razón puede descubrir.

Después de haberse detenido en aquel tipo de verdades divinas que son accesibles para la razón y la fe, continúa Tomás de Aquino analizando aquellas verdades divinas que sólo son aptas para la fe. Bajo la influencia de la concepción teleológica o finalista de Aristóteles que afirmaba que todos los seres tienden a conseguir la perfección que les es propia, Tomás de Aquino señala que los hombres buscan un bien superior, espiritual y eterno, situado más allá de esta vida y, por lo tanto, incomprensible para la razón. Para alcanzar este bien superior sería necesaria la fe. Aquí estaría la gran diferencia entre la religión cristiana y el planteamiento moral de los filósofos: la religión, mediante la fe, permite alcanzar bienes espirituales, mientras que la filosofía, por ejemplo, la de Aristóteles, sólo permitiría alcanzar bienes temporales, como la felicidad, a aquellos que se han dedicado a llevar una vida contemplativa, es decir, dedicada al perfeccionamiento de su razón.

Otras razones para admitir la necesidad de la fe en estas verdades serían las siguientes:
-         Permiten un conocimiento más verdadero de Dios ya que ayudan al hombre a comprender que Dios está por encima de lo que los hombres puedan pensar sobre él.
-         Libra al alma humana de la presunción, del orgullo, de creer que sólo lo que ellos ven es la verdad.
-         Como dijo el Filósofo –se refiere a Aristóteles- el ser humano debe dedicarse al estudio de las verdades inmortales y divinas, y esto sólo sería posible mediante la fe.


Esta complementariedad entre razón y fe o, lo que es lo mismo, entre Filosofía y Teología, se puede ver claramente en el intento de Tomás de Aquino por demostrar la existencia y el conocimiento de Dios a partir de la razón. La filosofía se pone al servicio de la teología, es sierva de la teología. En este contexto se opone a la teoría de la doble verdad de los averroístas. Él estaba plenamente convencido de que el sistema de Aristóteles era compatible con la fe cristiana; para Tomás de Aquino la fe y la razón no tienen por qué estar en una continua confrontación sino que son dos fuentes de conocimiento autónomas y que pueden complementarse; sin embargo, cuando surge el conflicto entre el contenido de ambas, Tomás de Aquino considera que éste procederá de los errores de la razón. La razón está, pues, subordinada a la fe, la filosofía es sierva de la teología.
En su obra "Suma Teológica" Tomás de Aquino señala que la existencia de Dios no es una verdad evidente para nosotros a pesar de que sí sea una verdad evidente en sí misma; por este motivo, se plantea posteriormente si la existencia de Dios es o no demostrable y nos dirá que sólo es demostrable a partir de sus efectos. Se trataría de una demostración "a posteriori" pues parte del efecto hasta llegar a la causa. Como ahora veremos, el punto de partida de cada una de las vías sería el efecto del que se parte: el movimiento, las causas eficientes, los seres contingentes, etc.

El aquinate establece cinco vías para la demostración de la existencia de Dios valiéndose de la razón; la estructura de las vías es similar en todas ellas:
  • Punto de partida.- Se parte de la constatación de un hecho por los sentidos, a esto es a lo que denominábamos "efecto".
  • Después se aplica el principio de causalidad  pues todo lo que sucede lo hace por una causa.
  • Posterioremente se sostiene la imposibilidad de una búsqueda de las causas hasta el infinito.
  • De tal modo que llegamos a tener que afirmar la existencia de un ser superior  o causa primera.  
          Por ejemplo, en la primera vía Tomás de Aquino parte de la observación de que todos los seres sensibles se mueven y que todo lo que se mueve ha de tener una causa que sea responsable de ese movimiento ya que todo lo que se mueve ha de ser movido por otro; ahora bien, en la búsqueda de las causas del movimiento tendremos que aceptar, si no queremos llegar al infinito, un ser que sea causa de movimiento pero que a su vez no sea movido por otro; este primer motor inmóvil será Dios.

La segunda vía se llama vía de la causalidad eficiente.- En el mundo nos encontramos con un orden de causas eficientes. Como no hay ningún caso en el que una cosa sea causa eficiente de sí misma, porque entonces tendría que ser antecedente de sí misma,  tendremos que buscar otra causa como responsable y así sucesivamente. Sin embargo, es imposible llegar hasta el infinito en el orden de las causas eficientes, de ahí que debe haber una primera causa incausada, Dios.

La tercera vía es la vía de la contingencia. En la naturaleza encontramos seres contingentes que nacen y mueren, es decir, seres a los que les es posible ser como no ser. Estos seres no han podido existir siempre porque lo que puede no ser en algún momento no es. Debe existir un ser necesario que sea la causa de los seres contingentes, ese ser necesario sería Dios.

Vía de los grados de perfección. Es la cuarta vía y en ella Tomás de Aquino parte de los diferentes grados de perfección que observamos en la naturaleza: hay entes más o menos buenos, más o menos justos, verdaderos, nobles, etc. Este carácter relativo siempre se dice en relación a algo absoluto de tal modo que habrá un ser absolutamente bueno, verdadero, justo, noble, etc., que sería Dios.

La quinta vía se llama vía de la finalidad. Igual que Aristóteles, Tomás de Aquino señala que existe en el mundo una finalidad que gobierna a los seres naturales, incluidos aquellos que no tienen conciencia. Ha de existir, por tanto, una inteligencia suprema ordenadora del mundo, Dios.

martes, 29 de octubre de 2013

Actualidad del mito de la caverna

Nunca, hasta el pasado domingo -27 de octubre- había visto el programa "Salvados" de Jordi Évole, aunque había escuchado muy buenos comentarios sobre el mismo. La verdad es que me gustó bastante. Viéndolo me trajo, primero, el recuerdo de una novela que había leído hace ya tiempo, "La caverna" de José Saramago y, segundo, claro está, el recuerdo del mito de la caverna de Platón con su tajante separación entre el mundo aparente y el mundo auténtico.

Comienza el programa con imágenes de un gran centro comercial, mostrándonos el ajetreo propio de tales sitios, con gente a la que no se le ve el rostro portando bolsas de compra: ¿realidad o apariencia? ¿Es verdaderamente todo esto real o sólo apariencia? No le falta a la identificación del centro comercial con el mundo subterráneo platónico su esclavo encadenado, su prisionero: Évole entrevista a un hombre que ignora que haya ningún tipo de crisis y prueba de ello es la actividad comercial que se puede ver en ese centro. Tampoco le falta el filósofo liberado: de hecho hizo una entrevista a un filósofo del CSIC -no recuerdo su nombre- que nos desvela todas las claves para entender cuál pueda ser la auténtica realidad. Y es que la vida ya no sigue igual que antes.

El programa abandona las imágenes de ese gran centro comercial y nos comienza a mostrar a partir de ese momento otra realidad, que podría ser la auténtica realidad, o al menos, una realidad más real que la mostrada al principio, la realidad en la que vivimos: la realidad de la crisis. La realidad de un barrio donde se han producido muchos desahucios porque la gente no puede pagar su hipoteca; la realidad cotidiana de familias que no pueden pagar el comedor de las escuelas de sus hijos; la realidad del apoyo de los familiares, sobre todo de los abuelos; la realidad de la solidaridad entre vecinos para la creación de bancos de alimentos.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Etica y política en Platón


La relación entre ética y política

 ÉTICA.
Platón sigue la tradición intelectualista de su maestro Sócrates de ahí que identifique la virtud con el saber de tal modo que lo le interesará fundamentalmente en su república ideal será la creación de buenos ciudadanos y para ello es indispensable que el Estado se haga cargo de la educación de los mismos. La importancia de la educación se puede observar en el propio mito de la caverna donde sólo gracias a ella es posible la liberación de los esclavos. En cierto modo, este mito es una alegoría sobre la educación ya que esta es la que permite, como dijimos antes, la liberación del prisionero y su ascenso hacia la luz y, por otro lado, la falta de educación signica permanecer en la oscuridad de la caverna. Es, por tanto, en el proceso educativo donde se observa la estrecha relación entre ética y política de tal forma que SER UN BUEN SER HUMANO ES LO MISMO QUE SER UN BUEN CIUDADANO y para conseguir esto haría falta que cada ser humano, que como ciudadano pertenece a una clase social determinada, alcanzara su virtud correspondiente. (Un poco más adelante volveremos a insistir en este tema de la educación).

• La virtud.
La práctica de la virtud es lo que Platón considera como la cosa más preciada del mundo. Concibe la virtud, fundamentalmente, como armonía, proporción y medida, y distingue cuatro tipos fundamentales de virtudes: Prudencia, Fortaleza, Templanza y Justicia. Las tres primeras se corresponden con cada una de las partes del alma:
a) El alma racional posee la virtud de la prudencia y tiene como misión descubrir la verdad y el bien.
b) Al alma irascible pertenece la fortaleza; ésta consiste en la capacidad de ser fuertes, de mantener un equilibrio entre nuestras ambiciones de poder, gloria, etc.
c) Al alma concupiscible corresponde la templanza que es la encargada de moderar nuestros apetitos sensibles. La justicia consiste en la buena armonía entre las tres virtudes señaladas anteriormente. Es una virtud general y tiene por objeto poner en orden y armonía el conjunto, asignando a cada parte la función que le corresponde dentro de la totalidad.

Platón representa esta naturaleza tripartita del alma con el mito del carro alado en su diálogo “Fedro”; en esta obra el auriga (cochero) representaría la parte racional que gobierna a dos caballos: uno blanco, bueno y dócil, que representaría a la parte irascible y otro feo, malo y difícil de guiar que representaría la parte concupiscible.


 POLITICA.
Platón, tras la muerte de su maestro Sócrates, se mostró muy afectado y consideraba culpable de dicha muerte al gobierno democrático de Atenas. Este hecho le impulsó a intentar establecer un Estado ideal, es decir, un sistema de gobierno perfecto que sirviera para eliminar toda injusticia en la polis. A esta tarea se dedica en su obra “República” donde pretende definir qué es la justicia y establecer cómo ha de gobernarse y dividirse un Estado. A este respecto, señala Platón que un Estado debe dividirse en tres clases sociales:
a) Gobernantes. Será tarea del filósofo el gobierno de la ciudad. Platón también utiliza la expresión “guardianes perfectos” para designar a los gobernantes.
b) Guardianes o guerreros.
c) Productores.
Esta división del Estado en tres clases se corresponde con la división tripartita del alma y con las diferentes virtudes morales:
 Alma racional ----------------------Prudencia racional -------------------- Gobernantes.
 Alma irascible --------------------- Fortaleza ----------------------------- Guardianes.
 Alma concupiscible ----------------Templanza ---------------------------- Productores.

A los filósofos gobernantes corresponde la razón y la prudencia; sólo ellos poseen las dotes y la educación adecuadas para llevar a cabo las tareas del gobierno que consisten fundamentalmente en legislar y velar por el cumplimiento de las leyes. Dicha tarea debe procurar el bien de todos los ciudadanos, de ahí que estos gobernantes posean como virtud principal la prudencia racional, la sabiduría.
Los guardianes –guerreros- tienen como misión fundamental, dentro del Estado, la defensa de éste frente a las agresiones exteriores y los desórdenes interiores. Platón hace corresponder a esta clase de los guardianes con la parte irascible del alma. Su virtud fundamental ha de ser la fortaleza o valor; así, pues, serán cualidades específicas de ellos: la fuerza, la valentía, la rapidez, etc. Para evitar que los guardianes y gobernantes se distraigan en el ejercicio de sus funciones, Platón propone en su Estado ideal la eliminación de la propiedad privada y la supresión de la familia para estas dos clases. Por otro lado, afirma la absoluta igualdad entre hombres y mujeres.
Los productores atienden a las necesidades más elementales de la vida cotidiana dentro del Estado: alimentos, vivienda, vestidos, etc.; esta clase estaría formada por labradores, constructores, tejedores, comerciantes, etc. Platón establece un paralelismo entre esta clase y la parte apetitiva del alma (alma concupiscible). Su virtud principal sería la moderación o templanza, es decir, una especie de autocontrol o dominio sobre los placeres y deseos.

• La Justicia.
También en este concepto se puede ver la estrecha relación entre ética y política, en este caso entre la estructura del individuo y la estructura del Estado. Ya vimos como la Justicia –en cuanto virtud del individuo- consistía en la armonía entre las tres virtudes restantes: prudencia, fortaleza y templanza. En el Estado sucede igual: la justicia se realiza cuando se produce la armonía entre estas tres clases sociales y esto sólo tiene lugar cuando cada una de las clases realiza la función que le corresponde: los dirigentes a gobernar, los guerreros a mantener el orden y los productores a satisfacer las necesidades materiales.

• La educación.
La realización de la justicia, es decir, la aceptación y cumplimiento de la función propia por parte de cada clase de ciudadanos, no es algo que se cumpla espontáneamente; en todos los hombres se hallan presentes, en mayor o menor medida, las tres partes del alma y por tanto queda siempre abierta la posibilidad de que el elemento apetitivo o pasional se subleve o se imponga. El medio más eficaz para evitar este problema sería la educación de los ciudadanos, pues es ella la que determina el carácter y el comportamiento de los hombres. Para Platón, un elemento tan importante como es la educación ha de estar en manos del Estado, de ahí que considere la educación como tarea fundamental del Estado. En este sentido, se opone al modelo ateniense que dejaba la educación en manos de la familia y de los particulares, inclinándose por el modelo espartano de educación estatal y pública, idéntica para hombres y mujeres.
Platón propone dos niveles o etapas educativas:
a) De la infancia a la juventud; estudios de gimnasia y música (artes en general) para fortalecer tanto el cuerpo como el alma. Esta sería la educación propia de los guerreros o guardianes.
b) Una vez superada la etapa anterior, los que muestren más dotes intelectuales podrán seguir disfrutando de la educación en el estudio de las matemáticas (hasta los treinta años) y en el estudio de la dialéctica (treinta y cinco años). Gracias a dicho estudio se podrá llegar a conocer las Ideas de Justicia, Belleza y la Idea suprema de Bien. Solamente el filósofo sabrá implantar el Bien y la Justicia en la realidad histórica de la polis, pues sólo él ha llegado a conocerlas. De ahí que sean los filósofos las personas más aptas para gobernar el Estado. Platón dedica los libros VI y VII de la República a la educación del filósofo.